En un pequeño pueblo en una parte remota del Imperio Ruso, los trabajadores de una fábrica luchan por organizarse contra los propietarios. Cuando llega la Primera Guerra Mundial, se unen como soldados del Zar en el Frente Oriental. La chica local Anka forja una relación con un prisionero de guerra alemán. La película critica a los especuladores de la guerra y alienta a los trabajadores a comunicarse entre sí más allá de las fronteras nacionales. En 1917, el zar se ve obligado a abdicar tras la Revolución de febrero.